Las discapacidades son mentales

Las mañanas en la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de Guayaquil empiezan desde muy temprano. Poco antes de las 7 de la mañana empiezan a llegar, docentes, personal administrativo y estudiantes, unos con la parsimonia de las frías mañanas de la época en la ciudad de Guayaquil, otros en contraste, entran de forma apresurada a la facultad que día a día los ve formarse académicamente, pues el reloj marca ya las 7:30 am y las clases han empezado ya.

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Llevamos alrededor de media hora movilizándonos en el interior de la Facultad y algo que realmente llamó mi atención es la popularidad de la que goza Bryan, mucha gente lo saluda y estrecha su mano.

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Son los 10:30 am y le pregunto a mi acompañante si no desea sentarse un momento "estoy acostumbrado a estar parado, siempre estoy haciendo algo, no me gusta quedarme quieto"  me dijo sonriendo Bryan. 

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Entre bromas, una buena charla y risas pasamos alrededor de una hora, resulta que el muchacho es músico, deportista  además de trabajar y estudiar, ¡vaya! !Qué energía!

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El sol empezó a hacer su aparición a las 11:40 am aproximadamente. No muy lejos, logro divisar al padre de Bryan, un admirable caballero que ha sido más que su padre, un gran amigo y quien además enseñó a su hijo a luchar y ser dentro de lo que cabe, una persona independiente y sin miedo.

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Llegó el medio día y como el tiempo pasa volando cuando se tiene una buena conversación me despido de Bryan, no sin antes agradecerle por su tiempo brindado. Finalmente una gran sonrisa asomó en mi rostro. Cuanto se puede aprender de estas personas, pensé.

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